El software propietario es el más común, ya que implica que
para acceder al mismo el usuario debe pagar por una licencia y sólo puede hacer
uso del mismo en un contexto restringido, es decir, que para que puedan usarlo
distintas computadoras deben abonarse otras licencias. Además, este software no
puede modificarse ni perfeccionarse en su funcionamiento, como así tampoco
redistribuirse a otros destinatarios.
Los software propietarios son con frecuencia desarrollados
por corporaciones, como ocurre con aquel producido y distribuido por Microsoft.
Estas compañías poseen los derechos de autor sobre el software y, por tanto,
los usuarios no pueden acceder al código fuente, distribuir copias, mejorarlo o
hacer públicas las mejoras.
Un ejemplo de software privado es el Sistema Operativo Windows.
Microsoft Windows (conocido generalmente como Windows o MS
Windows), es el nombre de una familia de distribuciones para PC, Smartphone,
servidores y sistemas empotrados, desarrollados y vendidos por Microsoft, y
disponibles para múltiples arquitecturas, tales como x86 y ARM. Desde un punto
de vista técnico, estas no son sistemas operativos, sino que contienen uno
(tradicionalmente MS-DOS, o el más actual cuyo núcleo es Windows NT) junto con
una amplia variedad de software; no obstante, es usual (aunque no necesariamente
correcto) denominar al conjunto como sistema operativo en lugar de
distribución. Microsoft introdujo un entorno operativo denominado Windows el 20
de noviembre de 1985 como un complemento para MS-DOS en respuesta al creciente
interés en las interfaces gráficas de usuario (GUI).1 Microsoft Windows llegó a
dominar el mercado mundial de computadoras personales, con más del 90% de la
cuota de mercado, superando a Mac OS, que había sido introducido en 1984.
Las versiones más recientes de Windows son Windows 10,
Windows 8.1 y Windows 8 para equipos de escritorio, Windows Server 2012 para
servidores y Windows Phone 8 y 8.1 para dispositivos móviles. La primera
versión en español fue Windows 3.0.